Entre sueños he visto tu rostro nuevamente. Era de noche y tu mirada resplandeciente. Iluminabas mi corazón sinceramente, y tu sonrisa me hacia feliz indescriptiblemente.
Descubrí en aquel sueño también, que tus besos son los más tiernos que encontré, que tus miradas son las más lindas que miré, y que tus abrazos son los más bellos que abracé. Tu pelo se distingue entre tantos otros, por cabalgar por la vida como si estuviesen locos, y tu lengua, que cuando quiere no calla, me estimula a cada instante a extrañarte más.
Me he dado cuenta que desde tu llegada, mi corazón se ha vuelto loco como la varita mágica de un hada. Se ha vuelto loco, al punto de no saber lo que siente. Se ha vuelto loco, al punto de aquel que por amor no miente. Y yo me siento en ese punto indiferente. Sin saber qué decirte o qué contarte, porque me sorprendes a cada instante, y quizás rápidamente, o quizás poquito a poco, en este tiempo en el que yo por ti me he vuelto loco, me has demostrado ser, la mejor persona que encontré. No entiendo cómo lo puedes hacer, pero con tus besos y abrazos mi ánimo recuperé.
Aunque sea bastante loco, desquiciado, delirante, y por todo me queje, y ya no me aguantes, te quiero como nunca he querido a nadie, te quiero con las palabras que no se dicen, con las miradas que no se miran, con los besos que no se sienten, y con las caricias que no te miman. Te quiero con todo lo que soy y dejo de ser, te quiero por lo que sos y por lo que queres. Te quiero enojado, y te quiero contento, te quiero de mil modos, con y sin lamentos. Y aunque ya no sepa cómo adorarte, y aunque ya no sepa cómo ilusionarte, y aunque ya no sepa cómo explicarte, que mi corazón me robaste, no puedo dejar de repetirte, ni puedo dejar de demostrarte que eres todo lo que tengo, quieras o no, y en cualquier parte.
Y aunque pienses que de ti puedo cansarme, y aunque pienses que dramatizo las cosas sin importarme, y aunque creas que a veces pretendo adelantarme, solo puedo pedirte perdón, y suplicarte, que me entiendas a mí, con mis defectos y virtudes, que me comprendas con todo lo que hice y lo que pude, que no dudes de mí, ni siquiera un momento, porque si tú dudas de mí, se me derrumba el mundo entero.
Me demostraste la parte feliz de la vida, aquella que yo no conocía, me demostraste la felicidad que una persona puede brindarte, me apoyaste en mis proyectos sin importarte. Me dejaste entrar en tu vida, como si fuera tu persona más querida, me dejaste hacerte mía, lo cual eres más día a día. Me enseñaste a ser tolerante y paciente, me ayudaste a reconocer mis errores por el simple hecho de quererte. Me enseñaste a ser feliz a toda hora, me has demostrado ser a quien he buscado, desde el ocaso hasta la aurora.
Si algo más pudiera pedirte, para concluir mis palabras, sería que no me dejes, ni abandones mi alma. Te has vuelto parte de mí, y si en cualquier momento llegas a faltarme, puedo llegar a sufrir. Y no pienses que exagero, porque no es así, porque has conseguido en unas semanas, hacerme el ser más feliz.