Supe que no había escapatoria. Supe que si miraba hacia atrás me aferraría más a aquello: Al dolor y el sufrimiento.Luchaba con el tiempo y el recuerdo, los dos al mismo tiempo. Vivía siempre en el pasado, me enfrentaba al presente y temía al futuro. Estaba pérdida en un mar de sensaciones. El instante del intercambio había llegado. Daría vuelta la historia una vez más sin pensar. Juntaría los pocos recuerdos hermosos que me quedaron alguna vez y los guardaría en un cofre en donde los mirara con el tiempo con compasión y no dolor. Levantaría la cabeza como alguna vez lo había hecho y miraría nuevamente mi vida antes de que él apareciera,