Humíllate, pídeme perdón llorando de rodillas, háblame, dime que sin mi tu vida no es la misma, implórame, que vuelva a besar tus labios con ternura, ruégame, que vuelva a llenar tu cuerpo de caricias, convénceme, que no voy a arrepentirme si te quedas que esta vez, no vas a fallarme y que lo nuestra vida va a marchar muy bien, que de mis heridas no voy a acordarme, pensaré, que todo fue un sueño, una pesadilla.